Sagitario es una de las constelaciones más complejas de cuantas existen en el plano astral; ello hace que el conjunto de todos los elementos que configuran la casa de sagitario determinen personas con una gran complejidad y una profunda y honda trascendencia.
Hemos incidido en anteriores epígrafes sobre la capacidad o capacidades intuitivas y espirituales que un sagitario puede llegar a desarrollar. El misticismo, la profundidad de espíritu y la complejidad de su mundo interior hacen de cada sagitario una persona distinta y especial al resto.
Es un signo independiente. Un sagitario puede llegar a prescindir de cuanto le rodea y centrarse en planos abstractos o actividades relacionadas con el estudio o el desarrollo personal. Este es uno de los principales rasgos de sagitario que puede provocar cierto pavor interno en el caso de su pérdida.
Uno de los principales miedos, por lo tanto, es la pérdida de dicha independencia. Apoyarse en los demás es, para un signo como el que nos ocupa, una clara merma de capacidades y actitudes. Un sagitario puede iluminar a todo su entorno con el estudio o sus conocimientos, pero dicho brillo se volverá opaco en el caso de que determinados miedos o dudas afloren desde su interior.
Otros miedos importantes a los que debe hacer frente un sagitario es, en muchas ocasiones, no llegar a las propias metas que se autoimponen. La personalidad de sagitario requiere unas altas cotas de auto-exigencia y perfección. Muchas veces son sus propios fantasmas, las metas puestas o las expectativas creadas, los peores enemigos del sagitario.
Otras de las principales características de esta casa astral es su inteligencia. Una inteligencia que, si bien le sirve a la persona sagitario, para crecer intelectualmente y deslumbrar, a veces también le conduce a un aislamiento y a una pérdida de contacto con la realidad. En este punto, el verdadero miedo de un sagitario puede ser la auto-reclusión, el aislamiento social. Por regla general una personalidad como la que nos ocupa se dará cuenta de dicho estado de aislamiento cuando ya es tarde.
Es quizá por lo anterior que los sagitario son personas, como decíamos al comienzo, muy independientes y singulares en cuanto a las relaciones con los demás o con su pareja.
En principio, la inteligencia de un sagitario es capaz de dominar y asumir la mayoría de las fobias, no es así con cuestiones relacionadas con sus relaciones sociales o con su necesidad de independencia.
Miedos y temores de los Sagitario
El tiempo es otro de las obsesiones de un sagitario. Para muchos expertos, estas personas sobrevaloran el tiempo dedicado al aprendizaje y a cuestiones que guardan relación con el auto-aprendizaje o el auto-desarrollo interior. El tiempo que un sagitario puede dedicar a estas cuestiones, lo hace en completa soledad. Nuevamente, de esta manera, emerge del interior la sensación de soledad, donde los miedos de la figura de sagitario emergen de lo más profundo de su ser, hasta cobrar fuerza y realidad en su mente y su ánimo.
Otro de los grandes temores de un sagitario es no estar a la altura de lo esperado (por su entorno y por él mismo). Es una persona que teme defraudar al contexto en el que se mueve (bien sea el laboral o el familiar) y también es temeroso de auto-defraudarse o no exigirse lo suficiente.
Como puede verse son muchos y muy profundos los miedos que pueden someter el ánimo de una persona del signo que nos ocupa. Un miedo profundo quizá, en muchas ocasiones, a la realidad, a lo intangible y lo invisible de distintos hechos que pueden pasar y que solo un sagitario tiene la capacidad de sentir y de intuir.
Y es que, quizá, la propia bendición de este signo, significa también su maldición: la capacidad perceptiva , lo intuitivo y lo espiritual pueden hacer que un sagitario pueda ver o sentir otro tipo de cuestiones o percepciones que otros no podemos. Ello, en principio, aparecerá de la mano del miedo, deberá asumirlo y controlarlo la personalidad de sagitario.